Los naranjos,
como todos los cultivos, necesitan de abono para poder desarrollarse de forma
completa. Con esto se pretende que los arboles capten oxigeno, nitrógeno y
potasio entre otros elementos de forma continuada a través de sus raíces. Por
ello, los agricultores decidimos de que manera darle al árbol los nutrientes
que necesita, es decir, elegir entre abonado químico o abonado orgánico. Así pues, vamos a ver un pequeño resumen de cada
uno de los dos tipos.
Naranjo sobreabonado |
El abonado químico ofrece un efecto más
directo al árbol, puesto que con un solo riego se diluye y se absorbe más
rápidamente, pero en contraposición puede afectar al sabor de las naranjas ya
que al absorberlo tan rápidamente, necesita continuos abonados para cubrir las
necesidades alimentarias del propio naranjo. Además de esto, los abonados
químicos pueden afectar de forma negativa al árbol, ya que una cantidad elevada
de abono lo dañaría de tal forma que podría quedar afectado el crecimiento del
árbol y/o la producción del fruto para la cosecha viniente.
Naranjas listas para cosechar |
En referencia
al abonado orgánico, que es el que
utilizan en Naranjas Palau, podemos
decir que causa un efecto mas ralentizado sobre el árbol, ya que el compostaje
se debe diluir en más de un riego, por lo que se demora más en el tiempo y nos
induce a no sobre-abonarlo. Generalmente,
se utiliza estiércol de oveja o de vaca, aunque también existen otros
tipos como estiércol de caballo o de gallinas.
Una curiosidad
sobre el estiércol es que la materia orgánica, cuando se está descomponiendo, genera un
calor de aproximadamente 70° C, esto sirve para matar los insectos y la mayoría
de los microrganismos.
Paco Palau con una caja de naranjas |
El estiércol, se
esparce en el suelo del campo,
de modo que la tierra va absorbiendo los nutrientes
poco a poco en cada riego; aunque cabe destacar que cada vez que llueve los
naranjos se alimentan y no dejan de hacerlo durante todo el periodo de
crecimiento y floración. La ventaja de este tipo de abonado es el sabor natural
que ofrece el fruto, sabor a naranja, nada más.
Por otro lado,
en el abono químico el árbol solo se alimenta cuando lo abonamos y por tanto,
hay que hacerlo constantemente. Eso significa un exceso de material químico
tanto para el árbol como para la tierra.Con esto
pretendo informar a los lectores que el sabor de una naranja o cualquier otro
producto depende en gran medida del método de alimentación que tenga el árbol o
la planta que lo produce, al fin y al cabo somos lo que comemos.
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